sábado, 11 de febrero de 2012

La amistad verdadera no entiende de enfados.

Todo el mundo las mira mal y dice ''Son unas falsas. Hasta hace una semana ni se hablaban...''. Pero a ellas les da igual. Siguen caminando por las calles, dejando que todo el mundo las mire mal, divirtiéndose porque a ellas les da igual. Les da igual porque saben que su amistad es verdadera, para siempre. Porque también saben que no encontrarán fácilmente a otra como ella. Y se acuerdan perfectamente de que hace unos días ni se hablaban, sí. Pero no les importa. Están alegres, ahora entienden que una amistad verdadera se basa en no estar siempre de acuerdo. En enfadarse. Y en tener la voluntad de perdonarse. Y de volver a enfadarse, pero sin rencores, porque esa virtud solo la tienen las amigas verdaderas.

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